¡Hola a todos!
Desde que mi querida ciberamiga y paisana Marisa de Thermofan pusiera en marcha este concurso, no he parado de darle vueltas.
El reto era cocinar una pataqueta o un rotllo de l'horta, panes ambos típicos de una comarca de Valencia llamada L'horta. Hasta aquí todo normal.
Lo que pasa es que yo soy de L'Horta. Me he criado cerquita de la Albufera y rodeada de campos de arroz (vaya, esto suena a chino), y claro, la pataqueta la conozco y de sobra. Y el rotllo, cómo no, a mi abuela le gustaba mucho éste último. La pataqueta se utilizaba más para los bocadillos. Actualmente no es muy frecuente ver este tipo de bocata, sólo se suele preparar, y por encargo, en fallas.
Bueno, pues yo decidí hacer el rotllo. Os cuento mi periplo:
-Miércoles: preparo el prefermento y lo dejo en el frigo.
-Jueves mañana: voy a hacer algunos recados y a la vuelta me meto de lleno con el pan. Puede que incluso me atreva con la pataqueta, ¡Me siento inspirada!
-Jueves al mediodía: me voy con una amiga a recoger los nenes del cole. A una de ellas (ya con cinco añitos), la llevo, como tantas otras veces, a bracito un trecho. ¡Horror! Me tropiezo, me meto una leche de tres pares de ángeles de mi guarda y por poco aplasto a la nena. Tras una rápida exploración, parece que no tiene nada grave. Acongojo total por mi parte.
-Jueves tarde: me duele horrores el brazo. Nene, llévame al hospital, a ver si me he roto algo, que como nunca me he fracturado un hueso no sé lo que se siente, pero esto es infernal.
Diagnóstico: no hay fractura, pero sí una lesión en el codo. Cabestrillo una semana e Ibuprofeno cada 8 horas si duele.
NONONOYNO... yo inmovilizada no. Pasé la noche como pude, pero a la mañana siguiente, ni cabestrillo ni leches. Friego los platos, sudor y lágrimas. Y a la tarde me encuentro algo mejor:
¡Voy a amasar el pan aunque sea con la mano izquierda! Además, el prefermento puede estar hasta 48 horas en el frigo, y vencen justo hoy. ¡Bien!
Lo cierto es que aún no me puedo tocar ni la cara, no puedo flexionar tanto el brazo y me duele aún, pero al menos me deja escribir en el ordenador y hacer alguna tarea.
¡Yes I Can!
Así que ésto es lo que buenamente me salió.
Ingredientes (para un rotllo grande o dos pequeños):
Fermento:
-100 ml de agua.
-50 gr de harina.
-1/2 pastilla de levadura fresca.
-1/2 cucharadita de café de azúcar.
Masa:
-200 ml de agua.
-450 gr de harina de panadero (no de repostería).
-1 cucharadita de café de sal.
-todo el fermento.
Mezclamos los ingredientes del fermento y lo ponemos, bien tapado, en la nevera durante 24 horas. Puede aguantar hasta 48 horas.
Una vez pasado este tiempo, sacamos el fermento de la nevera y lo dejamos reposar una hora o así, hasta que alcance la temperatura ambiente.
Tiene que burbujear, síntoma de que la levadura está activa. Si no aparecen las burbujas, desecharemos la mezcla y volveremos a empezar, ya que de lo contrario el pan no leudará.
Añadimos el resto del agua, la sal, y la harina la añadimos poco a poco mientras vamos amasando. A mi nunca me gasta la misma cantidad de harina. Cuando la masa está elástica, firme y no se pega a los dedos ya está lista.
Dejamos reposar en un bol bien tapado con un paño hasta que aumente de volumen. Esto dependerá de la temperatura ambiente, pudiendo ser desde media hora a dos o tres.
Cuando haya aumentado, amasamos bien para desgasificar la masa. Metemos dos dedos en el centro y vamos haciendo un agujero cada vez más grande. Ha de ser bastante grande, de lo contrario al hornear se cerrará. En el post, Marisa lo explica muy bien pincha aquí.
Dejamos leudar una hora o hasta que crezca de tamaño. Pintamos con agua...
...y horneamos a 200º (horno ya caliente) con un recipiente con agua para crear vapor. Lo tenemos 10 minutos calor abajo y otros 20-25 calor arriba-abajo, o hasta que la corteza esté dorada (a mí me tardó 35, pero cada horno es un mundo).
Dejamos enfriar.
Yo, como hice un sólo rotllo de buen tamaño, lo corté en cuartos y lo congelé. Descongela estupendamente. Queda un pan de corteza consistente y miga densa y jugosa...
Moraleja: hace más el que quiere que el que puede. Amasar este pan ha acelerado la recuperación de mi brazo derecho, amén de teclear en el portátil, cosa que no ha sido sencilla precisamente...
¡Abrazos y feliz horneado!
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Desde que mi querida ciberamiga y paisana Marisa de Thermofan pusiera en marcha este concurso, no he parado de darle vueltas.
El reto era cocinar una pataqueta o un rotllo de l'horta, panes ambos típicos de una comarca de Valencia llamada L'horta. Hasta aquí todo normal.
Lo que pasa es que yo soy de L'Horta. Me he criado cerquita de la Albufera y rodeada de campos de arroz (vaya, esto suena a chino), y claro, la pataqueta la conozco y de sobra. Y el rotllo, cómo no, a mi abuela le gustaba mucho éste último. La pataqueta se utilizaba más para los bocadillos. Actualmente no es muy frecuente ver este tipo de bocata, sólo se suele preparar, y por encargo, en fallas.
Bueno, pues yo decidí hacer el rotllo. Os cuento mi periplo:
-Miércoles: preparo el prefermento y lo dejo en el frigo.
-Jueves mañana: voy a hacer algunos recados y a la vuelta me meto de lleno con el pan. Puede que incluso me atreva con la pataqueta, ¡Me siento inspirada!
-Jueves al mediodía: me voy con una amiga a recoger los nenes del cole. A una de ellas (ya con cinco añitos), la llevo, como tantas otras veces, a bracito un trecho. ¡Horror! Me tropiezo, me meto una leche de tres pares de ángeles de mi guarda y por poco aplasto a la nena. Tras una rápida exploración, parece que no tiene nada grave. Acongojo total por mi parte.
-Jueves tarde: me duele horrores el brazo. Nene, llévame al hospital, a ver si me he roto algo, que como nunca me he fracturado un hueso no sé lo que se siente, pero esto es infernal.
Diagnóstico: no hay fractura, pero sí una lesión en el codo. Cabestrillo una semana e Ibuprofeno cada 8 horas si duele.
NONONOYNO... yo inmovilizada no. Pasé la noche como pude, pero a la mañana siguiente, ni cabestrillo ni leches. Friego los platos, sudor y lágrimas. Y a la tarde me encuentro algo mejor:
¡Voy a amasar el pan aunque sea con la mano izquierda! Además, el prefermento puede estar hasta 48 horas en el frigo, y vencen justo hoy. ¡Bien!
Lo cierto es que aún no me puedo tocar ni la cara, no puedo flexionar tanto el brazo y me duele aún, pero al menos me deja escribir en el ordenador y hacer alguna tarea.
¡Yes I Can!
Así que ésto es lo que buenamente me salió.
Ingredientes (para un rotllo grande o dos pequeños):
Fermento:
-100 ml de agua.
-50 gr de harina.
-1/2 pastilla de levadura fresca.
-1/2 cucharadita de café de azúcar.
Masa:
-200 ml de agua.
-450 gr de harina de panadero (no de repostería).
-1 cucharadita de café de sal.
-todo el fermento.
Mezclamos los ingredientes del fermento y lo ponemos, bien tapado, en la nevera durante 24 horas. Puede aguantar hasta 48 horas.
Una vez pasado este tiempo, sacamos el fermento de la nevera y lo dejamos reposar una hora o así, hasta que alcance la temperatura ambiente.
Tiene que burbujear, síntoma de que la levadura está activa. Si no aparecen las burbujas, desecharemos la mezcla y volveremos a empezar, ya que de lo contrario el pan no leudará.
Añadimos el resto del agua, la sal, y la harina la añadimos poco a poco mientras vamos amasando. A mi nunca me gasta la misma cantidad de harina. Cuando la masa está elástica, firme y no se pega a los dedos ya está lista.
Dejamos reposar en un bol bien tapado con un paño hasta que aumente de volumen. Esto dependerá de la temperatura ambiente, pudiendo ser desde media hora a dos o tres.
Cuando haya aumentado, amasamos bien para desgasificar la masa. Metemos dos dedos en el centro y vamos haciendo un agujero cada vez más grande. Ha de ser bastante grande, de lo contrario al hornear se cerrará. En el post, Marisa lo explica muy bien pincha aquí.
Dejamos leudar una hora o hasta que crezca de tamaño. Pintamos con agua...
...y horneamos a 200º (horno ya caliente) con un recipiente con agua para crear vapor. Lo tenemos 10 minutos calor abajo y otros 20-25 calor arriba-abajo, o hasta que la corteza esté dorada (a mí me tardó 35, pero cada horno es un mundo).
Dejamos enfriar.
Yo, como hice un sólo rotllo de buen tamaño, lo corté en cuartos y lo congelé. Descongela estupendamente. Queda un pan de corteza consistente y miga densa y jugosa...
Moraleja: hace más el que quiere que el que puede. Amasar este pan ha acelerado la recuperación de mi brazo derecho, amén de teclear en el portátil, cosa que no ha sido sencilla precisamente...
¡Abrazos y feliz horneado!